Imagine que el vibrante mundo que lo rodea se vuelve repentinamente silencioso, distorsionado y distante. Las conversaciones cotidianas se convierten en un esfuerzo frustrante, y el tráfico que se aproxima solo se percibe a través de la vista. Esta es la realidad para millones de personas que sufren pérdida auditiva, La pérdida auditiva neurosensorial (SNHL) es una condición común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 466 millones de personas tienen pérdida auditiva discapacitante, de las cuales 34 millones son niños. La SNHL es el tipo más común de pérdida auditiva, representando alrededor del 90% de los casos.
La pérdida auditiva neurosensorial (SNHL), una forma común y generalmente permanente de pérdida auditiva, puede variar en severidad, desde una leve dificultad para escuchar hasta una sordera total. Esta condición surge del daño en el oído interno, ya sea en las células pilosas sensibles o en componentes esenciales del proceso auditivo como la cóclea o los nervios craneales.
La pérdida auditiva puede tener un impacto significativo en la vida de las personas, afectando su capacidad para comunicarse, disfrutar de la música, mantener relaciones interpersonales o simplemente dificultad para operar la radio. Si bien no siempre es tan extrema como los escenarios descritos al inicio, cualquier forma de pérdida auditiva puede cambiar la vida de manera considerable.
En este artículo, analizaremos en profundidad las causas de la pérdida auditiva neurosensorial y exploraremos estrategias para reducir el riesgo de padecerla.
Según un estudio reciente , una persona que sufre una lesión cerebral traumática (LCT) tiene 2,1 veces más probabilidades de sufrir pérdida auditiva que una persona sana. El estudio concluyó que los accidentes de tráfico son los que más riesgo corren y que los hombres que sufren conmociones cerebrales tienen más probabilidades de perder la audición que las mujeres.
Pero, ¿por qué las lesiones en la cabeza conllevan un riesgo tan alto de pérdida auditiva? Dentro del oído medio hay tres huesos diminutos, conocidos por los médicos como huesecillos . Estos huesos se conocen individualmente como martillo , yunque y estribo . Si alguno de estos huesos (o la propia cóclea) se daña, es probable que la persona afectada sufra al menos una pérdida auditiva temporal. Además, el daño al cerebro puede hacer que el órgano procese el sonido de forma incorrecta, lo que resulta en pérdida auditiva incluso si el oído interno no está dañado.
La conmoción cerebral, la forma más común de lesión en la cabeza, es una forma menor de lesión cerebral traumática y suele ser causada por un golpe repentino y violento en la cabeza o una sacudida en el cuello. Si este golpe afecta la vía auditiva, es muy probable que se produzca pérdida de audición.
El daño al oído causado por una lesión en la cabeza también puede manifestarse a través de mareos, vértigo (una sensación de desorientación, como si la habitación estuviera "girando") y tinnitus.
La exposición prolongada a ruidos fuertes puede ocasionar una condición irreversible conocida como pérdida auditiva inducida por ruido (NIHL). Esta afección puede manifestarse de forma temporal, como una leve sordera temporal luego de un concierto, o permanente, dependiendo de la severidad y la duración de la exposición. La NIHL se produce por el daño o la destrucción de las delicadas células ciliadas del oído interno, las cuales no tienen la capacidad de regenerarse.
Si bien la NIHL afecta a personas de todas las edades, incluyendo niños, sus efectos se asemejan a los del envejecimiento auditivo natural, presentando síntomas similares a la pérdida auditiva relacionada con la edad. Esta condición puede ser causada por una única exposición a un evento de ruido intenso (como una explosión o un sonido fuerte a través de audífonos de la radio) o por una exposición prolongada a ruidos fuertes. En cualquiera de los casos, la pérdida auditiva suele ser gradual y, en la mayoría de los casos, los sonidos de alta frecuencia son los primeros en verse afectados.
Se considera "ruido fuerte" a todo sonido que supere los 85 decibeles (dB), ya que este nivel tiene el potencial de causar NIHL. Para ponerlo en perspectiva, el zumbido leve de un refrigerador ronda los 45 dB, mientras que una conversación normal alcanza aproximadamente 60 dB. Las sirenas rondan los 120 dB y, un dato preocupante, un reproductor de MP3 a todo volumen puede alcanzar los 105 dB.
La distancia del sonido y la duración de la exposición son factores cruciales en el desarrollo de la NIHL. Por ejemplo, una sirena que suena repentinamente en una calle concurrida puede generar un susto, pero es poco probable que cause daño auditivo a largo plazo debido a su corta duración y distancia. Sin embargo, el uso habitual de auriculares con música a alto volumen durante largos períodos de tiempo representa un riesgo considerable para la salud auditiva.
Prevención: La clave para proteger tu audición
La prevención de la NIHL es fundamental para evitar esta condición irreversible. Para ello, se recomienda:
Utilizar protección auditiva adecuada al exponerse a ruidos fuertes y prolongados.
Reducir el volumen de reproductores de música y dispositivos electrónicos a niveles seguros.
Evitar la exposición regular a cualquier sonido superior a 85 dB.
Es importante destacar que, al momento de escribir este artículo, no existe una cura definitiva para la NIHL. Por lo tanto, la prevención y la adopción de hábitos responsables para cuidar la audición son medidas esenciales para preservar este sentido vital.
El neurinoma acústico, también conocido como schwannoma vestibular, es un tumor benigno que se desarrolla en el nervio VIII, también llamado nervio vestibular. Este nervio crucial conecta el oído interno con el cerebro, transmitiendo información esencial sobre el equilibrio y la audición. A diferencia de los tumores malignos, los neurinomas acústicos no se diseminan a otras partes del cuerpo.
Síntomas y progresión:
Los síntomas del neurinoma acústico pueden tardar años en manifestarse debido al crecimiento lento del tumor. A medida que el tumor aumenta de tamaño, puede ejercer presión sobre los nervios circundantes, generando una variedad de síntomas que incluyen:
Pérdida auditiva: Es el síntoma más común, generalmente afectando el oído del lado donde se encuentra el tumor.
Pérdida del equilibrio/mareos: La alteración del nervio vestibular puede provocar inestabilidad, vértigo y mareos.
Zumbido (acúfenos): Un sonido constante y molesto en el oído afectado.
Dolor de cabeza: Puede ser leve o intenso, dependiendo de la presión ejercida por el tumor.
Visión doble: La afectación del nervio trigémino puede ocasionar diplopía o visión borrosa.
Ataxia: Dificultad para coordinar los movimientos, especialmente en las extremidades.
Sordera parcial: En casos avanzados, la pérdida auditiva puede ser parcial o total en el oído afectado.
En casos raros y graves, el neurinoma acústico puede provocar hidrocefalia (acumulación de líquido en el cráneo) o comprimir el tronco encefálico, lo que representa un riesgo potencial para la vida.
Causas y factores de riesgo:
Las causas del neurinoma acústico no se comprenden completamente, pero se asocian principalmente a alteraciones genéticas. Un factor de riesgo significativo es la herencia, ya que los hijos de padres con esta afección tienen un 50% de probabilidades de padecerla.
Diagnóstico y desafíos:
El diagnóstico del neurinoma acústico puede ser complejo debido a la similitud de sus síntomas con otras condiciones, como la enfermedad de Ménière. Las pruebas diagnósticas utilizadas comúnmente incluyen:
Audiometría: Evalúa la capacidad auditiva para detectar posibles pérdidas auditivas.
Pruebas vestibulares: Miden el equilibrio y la función del sistema vestibular.
Resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC): Permiten visualizar el tumor y su tamaño.
Opciones de tratamiento:
El tratamiento del neurinoma acústico depende del tamaño, la ubicación y la tasa de crecimiento del tumor, así como de la edad y la salud general del paciente. Las opciones incluyen:
Seguimiento: En casos de tumores pequeños y asintomáticos, se puede realizar un seguimiento regular mediante RM o TC para monitorear su crecimiento.
Radiocirugía estereotáctica: Un procedimiento no invasivo que utiliza haces de radiación altamente precisos para destruir el tumor sin afectar el tejido circundante.
Cirugía cerebral: En casos graves o cuando otros tratamientos fallan, se puede recurrir a la cirugía para extirpar el tumor.
Importancia de la atención médica temprana:
Ante la sospecha de un neurinoma acústico, es fundamental consultar a un médico de cabecera lo antes posible para un diagnóstico y tratamiento oportunos. El diagnóstico temprano y la intervención adecuada pueden ayudar a controlar el crecimiento del tumor, prevenir complicaciones graves y preservar la audición y el equilibrio.
El cerumen, comúnmente conocido como cera del oído, es una sustancia natural producida por las glándulas ceruminosas del canal auditivo. Aunque a menudo se la considera desagradable, esta sustancia desempeña un papel crucial en la salud auditiva.
Funciones beneficiosas del cerumen:
Protección contra agentes externos: El cerumen actúa como una barrera protectora, atrapando polvo, suciedad, partículas extrañas y microorganismos que podrían ingresar al canal auditivo y causar infecciones.
Hidratación y lubricación: El cerumen mantiene la piel del canal auditivo húmeda y lubricada, previniendo la sequedad y la irritación.
Acción antibacteriana: El cerumen contiene propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las infecciones.
Acumulación excesiva de cerumen y sus consecuencias:
Si bien el cerumen es esencial para la salud auditiva, una producción excesiva o una eliminación inadecuada pueden ocasionar problemas. La acumulación de cerumen, también conocida como cerumen impactado, puede provocar:
Pérdida auditiva: El cerumen endurecido y acumulado puede obstruir el canal auditivo, impidiendo que las ondas sonoras lleguen al tímpano de manera efectiva.
Zumbido (tinnitus): La presión ejercida por el cerumen impactado puede generar un zumbido o tinnitus en el oído afectado.
Irritación y dolor de oído: La acumulación de cerumen puede irritar la piel del canal auditivo, causando picazón, molestia e incluso dolor.
Infecciones del oído: En casos extremos, el cerumen impactado puede aumentar el riesgo de infecciones del oído, especialmente en niños.
Síntomas de la acumulación de cerumen:
Los síntomas de la acumulación de cerumen pueden incluir:
Pérdida auditiva
Zumbido (tinnitus)
Dolor de oído
Sensación de oído tapado
Picazón en el oído
Mareos o vértigo
Diagnóstico y tratamiento:
El diagnóstico de la acumulación de cerumen se realiza mediante una otoscopia, un examen del canal auditivo con un otoscopio. El tratamiento generalmente consiste en la eliminación del cerumen impactado. Existen diferentes métodos para lograr esto, incluyendo:
Cerumenolíticos: Gotas para los oídos que ablandan el cerumen, facilitando su eliminación natural o mediante irrigación.
Irrigación del oído: Se utiliza una jeringa para introducir agua tibia en el canal auditivo, desprendiendo y eliminando el cerumen.
Aspiración: Se emplea un dispositivo de succión para extraer el cerumen impactado.
Prevención de la acumulación de cerumen:
Para prevenir la acumulación de cerumen, se recomienda:
Evitar introducir objetos en el canal auditivo, como hisopos de algodón o dedos.
No utilizar productos para la limpieza del oído que no estén recomendados por un médico.
Secar bien los oídos después de ducharse o nadar.
Consultar a un médico si experimenta síntomas de acumulación de cerumen o si tiene dudas sobre cómo limpiar sus oídos.
En conclusión:
El cerumen es una sustancia natural y necesaria para la salud auditiva. Sin embargo, una producción excesiva o una eliminación inadecuada pueden ocasionar problemas como la pérdida auditiva, el tinnitus y las infecciones del oído. Es importante conocer los síntomas de la acumulación de cerumen y consultar a un médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados. La prevención mediante la evitación de la introducción de objetos en el oído y el uso adecuado de productos para la limpieza auditiva puede ayudar a mantener una buena salud auditiva.
Las infecciones virales representan una causa significativa de pérdida auditiva, particularmente en la población infantil. Entre estas, el citomegalovirus (CMV) se destaca como el responsable de un alarmante 40% de los casos de pérdida auditiva congénita. Este informe analiza las principales infecciones virales asociadas a la pérdida auditiva, sus mecanismos de acción y las estrategias preventivas disponibles.
Laberintitis: Efectos temporales en la audición
La laberintitis, una infección del oído interno que afecta al laberinto, puede ocasionar pérdida auditiva temporal como consecuencia de la inflamación. Los síntomas, que incluyen mareos, vértigo y náuseas, pueden confundirse con los de otras afecciones como tumores acústicos o acumulación de cerumen. Afortunadamente, la laberintitis suele ser fácilmente tratable con antibióticos o antivirales, siempre que se acuda al médico de manera oportuna.
Pérdida auditiva permanente: CMV, rubéola y paperas como principales responsables
A diferencia de la laberintitis, las tres principales causas virales de pérdida auditiva permanente (CMV, rubéola y paperas) presentan un panorama más complejo.
Citomegalovirus (CMV): El primo del herpes, el CMV permanece latente en el cuerpo tras la infección inicial. Aunque generalmente inofensivo, puede reactivarse en individuos con sistemas inmunodeprimidos, como bebés y mujeres embarazadas. La infección por CMV durante el embarazo o la primera infancia puede ocasionar graves problemas de salud en el bebé, incluida la pérdida auditiva neurosensorial. Los síntomas del CMV incluyen dolores musculares, fatiga, náuseas, fiebre, dolor de garganta y glándulas inflamadas. Si bien no existe cura para el CMV, la vacunación y la higiene personal pueden ayudar a prevenir la infección.
Rubéola: También conocida como sarampión alemán, la rubéola afecta principalmente a niños, pero también puede presentarse en adultos. Causada por el virus de la rubéola, no debe confundirse con el sarampión común. La rubéola puede ser asintomática o presentar fiebre, dolor en las articulaciones, inflamación de los ganglios linfáticos y conjuntivitis. El virus de la rubéola es una de las principales causas de defectos congénitos prevenibles mediante vacunación, ya que puede dañar gravemente los nervios en desarrollo del feto. Además, la infección por rubéola durante el embarazo aumenta el riesgo de pérdida auditiva en el bebé. Si bien no existe cura para la rubéola, la vacunación es fundamental para prevenirla.
Paperas: Causada por el virus de las paperas, esta enfermedad se caracteriza por fiebre, dolores musculares, falta de apetito y fatiga, seguidos de una dolorosa inflamación de las glándulas salivales. El virus de las paperas puede dañar la cóclea, lo que puede ocasionar sordera total en algunos casos, aunque afortunadamente es una situación poco común. Al igual que con el CMV y la rubéola, no existe cura para las paperas, pero la vacunación representa la mejor defensa contra la enfermedad.
Conclusión:
Las infecciones virales, particularmente el CMV, la rubéola y las paperas, son responsables de una proporción significativa de la pérdida auditiva, especialmente en la población infantil. La comprensión de los mecanismos por los cuales estos virus afectan la audición, junto con la implementación de estrategias preventivas como la vacunación y la higiene personal, son cruciales para proteger la salud auditiva y prevenir complicaciones graves.
El estereotipo que asocia la sordera parcial con las personas mayores ha sido utilizado con frecuencia con fines cómicos en diversos medios de entretenimiento. Si bien la mayoría de los estereotipos carecen de fundamento, este, lamentablemente, refleja una realidad común. La pérdida auditiva relacionada con la edad, conocida como presbiacusia, afecta a un porcentaje significativo de la población adulta mayor.
Prevalencia y progresión:
La presbiacusia es una condición prevalente entre las personas mayores. Se estima que aproximadamente una de cada cuatro personas entre 65 y 75 años la padece. Esta cifra aumenta considerablemente en el grupo de mayor edad, ya que alrededor del 50% de las personas mayores de 75 años experimenta algún grado de pérdida auditiva.
Causas y factores de riesgo:
Las causas exactas de la presbiacusia varían entre individuos y aún no se comprenden completamente. Sin embargo, se han identificado algunos factores que contribuyen a su desarrollo:
Muerte natural de las células ciliadas: Con la edad, las células ciliadas del oído interno, responsables de la detección del sonido, comienzan a morir de forma natural. Este proceso se acelera en algunos individuos.
Desgaste acumulativo: El uso y desgaste natural del oído a lo largo de la vida también puede contribuir a la pérdida de audición.
Enfermedades: Ciertas afecciones como la hipertensión arterial, la diabetes y la enfermedad de Meniere se asocian con un mayor riesgo de desarrollar presbiacusia.
Hábitos nocivos: El tabaquismo y la exposición prolongada a ruidos fuertes también aumentan las probabilidades de padecer pérdida auditiva relacionada con la edad.
Factores genéticos: La predisposición genética también juega un papel en el desarrollo de la presbiacusia.
Prevención y cuidados auditivos:
Si bien la presbiacusia es un proceso natural asociado al envejecimiento, existen medidas que pueden ayudar a prevenir o retrasar su aparición y proteger la salud auditiva:
Evitar la exposición a ruidos fuertes: Limitar la exposición a ruidos excesivos, como los producidos por maquinaria o música a alto volumen, es crucial para proteger las células ciliadas del oído interno.
Proteger los oídos en ambientes ruidosos: Utilizar protección auditiva adecuada, como tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido, en entornos con niveles de ruido elevados.
Controlar enfermedades crónicas: El manejo adecuado de enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar presbiacusia.
No fumar: Fumar daña los vasos sanguíneos y reduce el flujo sanguíneo al oído interno, lo que puede contribuir a la pérdida auditiva.
Realizar chequeos auditivos regulares: Es importante realizar exámenes auditivos periódicos, especialmente a partir de los 65 años, para detectar y tratar la presbiacusia de manera temprana.
Conclusión:
La presbiacusia es una condición común que afecta a un porcentaje significativo de la población adulta mayor. Si bien no existe una cura definitiva, la adopción de hábitos saludables, la protección auditiva y el control de enfermedades crónicas pueden ayudar a prevenir o retrasar su aparición y proteger la salud auditiva en general.
Adicionalmente a lo descrito anteriormente, existen otras causas que pueden generar afecciones en la audición, como pueden ser:
Herpes zóster:
El herpes zóster (a veces llamado culebrilla) es otra enfermedad viral que puede causar pérdida de audición. Provocado por el mismo virus que nos da la varicela (y por lo tanto, un pariente del CMV), el herpes zóster normalmente se presenta como un tipo de erupción cutánea dolorosa y con ampollas que a veces se acompaña de dolor de cabeza y sensación de fatiga, ya que ataca el sistema nervioso.
Medicamentos ototóxicos (medicamentos que dañan la audición):
La palabra "ototóxico" significa "venenoso para los oídos", una descripción que se puede aplicar a una sorprendente cantidad de medicamentos modernos. Los medicamentos ototóxicos pueden causar disfunción vestibular o daño al oído interno, lo que provoca pérdida de audición , al mismo tiempo que ayudan a curar otras partes de nuestro cuerpo.
Meningitis:
La pérdida de audición es la consecuencia más común de la meningitis bacteriana , una inflamación de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal (conocidas colectivamente como meninges).
La meningitis puede tener múltiples causas, entre ellas virus, bacterias o el uso de ciertos medicamentos. Cuando la inflamación se produce debido a una infección bacteriana, se denomina meningitis bacteriana. Aunque la mayoría de los afectados se recuperan por completo, la meningitis bacteriana es mortal en 1 caso de cada 10 y las complicaciones para los supervivientes pueden incluir ceguera o incluso la necesaria amputación de miembros.
Síntomas de un derrame cerebral:
Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre oxigenada al cerebro. Al carecer de oxígeno, las células cerebrales comienzan a morir, lo que provoca los síntomas de un accidente cerebrovascular . La hemorragia interna en el cerebro también puede causar un accidente cerebrovascular si da como resultado la muerte de las células cerebrales.
Causas genéticas de la pérdida auditiva:
En algunos casos, la pérdida auditiva es genética. Una persona puede estar naturalmente predispuesta a perder la audición. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a la pérdida auditiva relacionada con la edad, en la que se estima que entre el 35 y el 55 % de los casos son genéticos . En los casos de pérdida auditiva infantil, la composición genética del niño puede explicar alrededor del 50 % de todos los casos. Existen aproximadamente 400 causas genéticas conocidas de pérdida auditiva.
Obesidad:
Al igual que en otras partes del cuerpo, las células ciliadas que se encuentran en el oído interno requieren un flujo sanguíneo saludable y un suministro constante de oxígeno para funcionar correctamente. La obesidad hace que esto sea un desafío .
La obesidad es un tema delicado que debe abordarse en todo momento con compasión, empatía y sensibilidad. Según un estudio de 2014 , el 67 % de los hombres y el 57 % de las mujeres británicas tienen sobrepeso o son obesos.
Fumar regularmente:
Un estudio belga concluyó que las personas que habían fumado tabaco regularmente durante un año tenían peor audición que quienes nunca habían fumado. El estudio concluyó que cuanto más fuma una persona, mayor es la gravedad de la pérdida auditiva.
Fumar no es bueno para la salud, pero eso ya lo sabes: contamina la atmósfera, cubre los pulmones de alquitrán y aumenta los riesgos de todo tipo de enfermedades, desde cáncer y enfermedades cardíacas hasta defectos congénitos y accidentes cerebrovasculares.
Pérdida de audición e hipertensión:
Aunque se menciona un par de veces en otros lugares, la presión arterial alta (también conocida como hipertensión) es una causa grave de pérdida de audición y, por lo tanto, merece un análisis más detallado. La hipertensión, una enfermedad en sí misma, puede provocar accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas, además de una gran cantidad de otras cosas que realmente no quieres que te sucedan.
La enfermedad de Ménière:
El síndrome conocido como enfermedad de Ménière es causado por una presión excesiva en el oído interno . Esto interfiere con el flujo normal de líquido en esa región. Bajo esta presión, las membranas llenas de nervios se estiran, lo que causa síntomas como vértigo, náuseas, mareos, tinnitus y una sensación general de "llenura" en los oídos. La pérdida de audición se produce cuando la acumulación de líquidos atrapados en el laberinto causa daño al oído interno.
La audición, un regalo invaluable:
La capacidad de escuchar nos permite conectar con el mundo que nos rodea, hacer radio, disfrutar de la música, aprender y comunicarnos con nuestros seres queridos. Es un regalo invaluable que debemos proteger.
Amenazas a la salud auditiva:
Sin embargo, la audición se enfrenta a diversas amenazas en la actualidad. La exposición prolongada a ruidos fuertes, el uso excesivo de audífonos y la edad son algunos de los factores que pueden dañar las células ciliadas del oído interno, ocasionando pérdida auditiva.
Enfermedades y su impacto:
Las infecciones virales, como el citomegalovirus (CMV), la rubéola y las paperas, también pueden afectar la audición, especialmente en niños. La laberintitis, una infección del oído interno, puede ocasionar pérdida auditiva temporal.
Prevención y cuidados:
La buena noticia es que podemos tomar medidas para proteger nuestra salud auditiva:
Limitar la exposición a ruidos fuertes: Utilizar protección auditiva en entornos ruidosos y evitar escuchar música a volumen alto.
Utilizar los audífonos de manera responsable: Limitar el tiempo de uso y mantener un volumen adecuado.
Realizar chequeos auditivos regulares: Especialmente a partir de los 65 años.
Vacunarse contra enfermedades virales: La vacunación es fundamental para prevenir el CMV, la rubéola y las paperas.
Adoptar hábitos saludables: Mantener una dieta equilibrada, realizar actividad física y evitar el consumo de tabaco y alcohol.
Acudir al médico ante cualquier síntoma: Si experimenta pérdida auditiva, mareos, vértigo o zumbidos en los oídos, es importante consultar a un médico de inmediato.
Un futuro con mejor audición:
La investigación científica continúa avanzando en el desarrollo de nuevas tecnologías y tratamientos para la pérdida auditiva. Implantes cocleares, audífonos de última generación y terapias regenerativas son algunas de las opciones prometedoras que se perfilan en el horizonte.
Responsabilidad individual y colectiva:
Proteger nuestra salud auditiva es una responsabilidad individual y colectiva. Al adoptar hábitos saludables, buscando atención médica oportuna y apoyando la investigación científica, podemos trabajar juntos para crear un futuro donde todos puedan disfrutar del regalo de la audición.
Recordatorio:
Es importante consultar a un profesional de la salud auditiva para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.
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